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en chemin

Un hombre corre y sus pasos abren camino. Huyó de su casa. Su familia. Su pasado. No sabe adónde va. ¿Está en pánico? ¿Perdido? ¿Delirante? ¿Tonto, tal vez? ...

A menudo se siente como un pingüino. Un pingüino, sí. Estorbado por su cuerpo alto y delgado, sus miembros largos y delgados. Cuerpo extraño. Estorbado por su presencia en el mundo. ¿Qué hacer contigo mismo cuando te sientes fuera de lugar? Cuando somos demasiado. Aún demasiado. Demasiado grande, demasiado pequeño, demasiado inteligente, demasiado descarado, demasiado afeminado, demasiado macho, demasiado imprudente, demasiado mandón, demasiado tímido, demasiado insuficiente ...

Este hombre se esconde, se esconde en sus recuerdos, en sus sueños, en sus pesadillas. ¿A menos que sea el prisionero?

En el camino, conoce personas. ¿Son reales o se encuentra con sus fantasmas, sus dobles, el juego de sus ilusiones?

Algún día, ¿por qué ese día? - en el camino, mira, escucha. Él comprende, acepta. Tiene el derecho. De estar ahí, simplemente. Sin mascarilla. En el centro del mundo, en el centro del escenario.

Puede volver a la carretera. Libre de corbata.

 

Una escena oscura. Una caja negra, como una caja craneal. Estamos en la cabeza de este hombre y en camino. Lo más cerca posible de sus percepciones, sus ilusiones y sus maravillas. En el fluir de sus pensamientos y sentimientos. En fase con sus descubrimientos, sus revelaciones. En su teatro mental.

 

Unendo pinturas escénicas oníricas, fantaseadas y reales al mismo tiempo: una estética de ruptura o deslizamiento. Una estética de claroscuro, formada por destellos, apariciones y desapariciones en el camino. Una estética de vibración, eco, rebote. Una estética del cambio, lo estrafalario, el fragmento, el mosaico subversivo falsamente caótico y perfectamente calibrado. Un delirio de la infancia tardía, divertido y absurdo. Entre el barroco latino y el arte povera. Sin complejos y fuera de servicio.

 

Lo que hace que la fuerza y la belleza de "En camino" es su falta de juicio, su manera única de no caer nunca en una complacencia malsana o en una santificación feliz de aquellos que no vemos con más frecuencia. Esos bajo una etiqueta: los monstruos. Los monstruos, no como los demás. El malo, el deforme, el falso. Los estrafalarios, los marginados. Los pinguinos.

En este espectáculo, no hay compasión, tampoco condescendencia. Sino cuerpos, magníficos, esquivos, inclasificables, presencias múltiples y singulares. Como la vida. La nuestra.

 

Philippe de Pierpont

Concepto y dirección Gustavo Giacosa

Con Kostia Botkine, Antoine Boulangé, Fausto Ferraiuolo, Gustavo Giacosa, Akira Inumaru, Philippe Marien y Francesca Zaccaria

Música original interpretada en el escenario Fausto Ferraiuolo
Asesor artístico Philippe de Pierpont
Diseñador de iluminación Bertrand Blayo
Asistente de dirección de escena Gaëlle Marc

Production Compagnie SIC.12 / The "S" Grand Atelier
Coproducción Le Liberté, escenario nacional de Toulon / Théâtre du Bois de l'Aune, Aix-en-Provence / Teatro Durance, Château-Arnoux-Saint-Auban
Con la ayuda de La Maison de la Culture Famenne-Ardenne, Marche-en-Famenne
Con el apoyo, en Francia, del Ministerio de Cultura / Drac Provence-Alpes-Côte d'Azur, el consejo regional de Provence-Alpes-Côte d'Azur, el consejo departamental de Bouches-du-Rhône y la Aix-en Provence y, en Bélgica, la Federación Valonia-Bruselas y la Provincia de Luxemburgo

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